92 años al servicio de los enfermos... La hermana Ascensión era un ejemplo de fortaleza y dedicación a los demás. Llego a la India en el primer grupo de hermanas y nos contó algunas de sus primeras experiencias.Falleció el 19 de agosto de 2006. ¿Cómo fue el viaje a la India en esos años?Para llegar a Colombo en barco tuvimos una travesía de 10 días de viaje en la que compartíamos el viaje religiosos y soldados franceses que iban a la guerra de China. Recuerdo que el barco encalló en el canal de Suez y allí perdimos un día mas. El padre Conget nos llamó para hacer labores de enfermería y allí no teníamos nada mas que ilusión por ayudar.¿Cómo fue la primera impresión al llegar?No teníamos nada y fuimos a la casa de los Jesuitas en Andheri. Recuerdo esa taza de te con alivio. Al llegar cada uno fuimos a nuestro sitio y nos repartimos: Madrás, Mumbai y luego Anan (junto a Nadiad) El padre acomodaba la casa para alojarnos allí. A las 5 de la mañana nos llevó a Nadiad, llegó el tren y nos bajamos aunque tuvimos que ir andando por la vía para llegar, lo hicimos a las 4 de la mañana del día siguiente.¿Qué recuerda del primer trabajo?Nos dieron el desayuno y comenzamos la tarea. Llevábamos medicinas y entre los vecinos enseguida se dió conocimiento, con otra hermana comenzamos a visitar a las gentes. El primer enfermo tenía una infección en la axila, abrí la herida y me saltó pus a un ojo. Esa noche sentí mucho dolor y me llevaron a Ahmedabad porque perdí la vista. En unos días se curó y todo volvió a la normalidad.Los trabajos de medicina ¿tenían enfermedades no habituales en España?Si, luego atendí leprosos, cogimos una casa de alquiler y cada día íbamos andando dos horas a pinchar a un enfermo que vivía un poquito lejos. Las enfermedades mas habituales eran el hambre y la suciedad. El padre Conget nos facilitó una casa para aprender inglés y con algunos nos entendíamos como podíamos.¿Su mayor impresión?En 50 años aquí lo mas impresionante a diario ha sido la pobreza.¿Lo que mas ha cambiado en estos años?Sin duda ha sido la gente. Al principio nos llamaban "perros" por el hábito que teníamos cubriendo de negro toda la cabeza.En estos años ¿le ha tocado fundar alguna casa?La primera fue Vijaynagar. Sin acabar la casa nueva vino el padre Jalea y nos pidió ir a Vijaynagar para fundar una casa de internado y atención a las niñas de los aborígenes.¿Su mejor recuerdo?Estar aquí y sentirme feliz por lo hacer lo que he podido.¿Qué le parece hoy la Congregación en la India?La madre Rafols nos ha ayudado mucho y eso ha permitido que trabajemos sin echarnos nunca atrás. La India ha avanzado muchísimo, pero falta compasión por los que no tienen nada.Cuéntenos sus trabajos en el jardín de Motinala.A los 73 años hice las bodas de oro y la madre nos dijo que iba a hacer una fundación en Motinala, en plena selva. Por mi edad dijo que solo fuera en calidad de compañera. Después de 1000 km en tren y 200 km en auto llegamos y fundamos. Yo decía que no tenía que hacer y me animé a hacer un jardín, me ayudaba un hombre. Como cada año tenía que ir a renovar el visado, aprovechaba a llevar algunas plantas para ampliar ese jardín de Motinala.¿Recuerda Navarra?Si, muchísimo, siempre va en mi corazón. De mi parroquia nos envían algún dinero para ayudar en esta obra.Muchas gracias hermana. ¿algún comentario mas?Aquí espero que me llame Dios, me da igual un día que otro, espero feliz. Hna. Ascensión LópezHermana de Santa Ana - En La India