Colaboración médica en Guinea
1.- ¿Por qué decidiste estudiar medicina?
Es un decisión que tuve que tomar al acabar el colegio, ya desde pequeñita quise ser médico y no barajé ninguna otra posibilidad de estudiar otra carrera.
2.- ¿Qué esperas de la vida tanto a nivel personal como profesional?
Me gustaría ser feliz en cada faceta de mi vida, a nivel profesional auque aún no sé en que especialidad acabaré, me gustaría dar lo mejor de mí, no olvidando la “esencia” de ser médico, ni perdiendo la sensibilidad por los demás. A nivel personal querría formar una familia y vivir con ella en unos valores que a veces la sociedad olvida.
3.- ¿Te gustan los niños?
Sí, los niños me gustan mucho. Con los años he ganado en paciencia (en parte gracias a mi hermana pequeñita) y disfruto jugando y sobretodo haciéndoles reír, sacándoles aunque sea una sonrisa.
4.- ¿Qué te motivó ir a Guinea?
Mis padres siempre han fomentado en mí un carácter independiente y poco a poco han conseguido crear una inquietud por viajar, por conocer. Por ello, he querido conocer no sólo realidades similares, sino también realidades menos favorecidas para poder tener una visión más global del mundo en que vivimos. Siempre tengo la necesidad de aportar un granito de arena. La suerte ha querido que nazcamos en un sitio u otro, rodeados de lujo y tecnología o rodeados de hambre y miseria. Me gustaría devolver de alguna forma todo lo que se me ha dado.
5.- Has estado viviendo la pobreza de cerca, ¿qué ha supuesto esta experiencia en tu vida?
Nadie puede explicarte lo que te vas a encontrar cuando viajas a África. Es difícil describir con palabras todas las sensaciones que esta viaje ha generado en mí. He reído con la gente de allí, he llorado de impotencia... cada día era algo nuevo. ¿Por qué he tenido suerte y ellos no? En base a los valores de nuestra sociedad sin cosas materiales a penas, deberían ser infelices, pero no lo son. Su fuerza me ha maravillado y muchas veces ante su miseria y sus problemas las lágrimas han salido de mí y no de ellos. Ellos son felices con lo que tienen y viven el día a día supongo que con una mezcla de alegría y resignación. Todo lo que les das ( un globo, un caramelo...) ¡lo agradecen tantísimo!!!.
6.- ¿Crees que hay que potenciar estos medios de ir a colaborar directamente en estos paises para sensibilizar a las personas?
Creo que todo lo que sea dar una visión más realista de lo que nos rodea es necesario. Es muy fácil taparse los ojos a problemas que parecen tan lejanos y hacer como que no existen. Quizás ofreciendo becas y programas se pueda fomentar que los jóvenes viajemos a lugares menos favorecidos para colaborar. Pero sobretodo creo que las inquietudes hay que crearlas desde pequeños, educando no sólo en la cultura de los bienes materiales sino también en la de ayudar a los demás. Enseñando que existen otras realidades y que, sin necesidad de salir de nuestro entorno, se puede ayudar. La conciencia social hay que fomentarla desde el principio, desde la infancia, que es cuando somos más moldeables.
7.- ¿Qué se podría hacer para ayudar al tercer mundo ó mundo de los que no tienen nada?
Se pueden hacer tantas cosas... Y no hace falta irse muy lejos para empezar a ayudar. La miseria y la pobreza no hay que ir a buscarla a otro país, ni a otro continente. En nuestro día a día se nos presentan situaciones y personas necesitadas que, por nuestro ritmo de vida, por falta de tiempo y a veces también de ganas, intentamos ignorar. Cada uno, desde su situación puede ayudar al que tiene al lado y es aquí donde se puede empezar a cambiar las cosas. Además, por supuesto, las ONG´s y asociaciones de ayuda, que van más allá, a lugares donde la pobreza es la norma. Uno no se da cuenta de cuanto bien pueden hacer unos pocos euros, cuantas sonrisas y felicidad pueden conseguir; que un niño vaya al colegio en vez de a trabajar; que una madre con sida pueda dar leche en polvo a su hijo sin condenarle a la desnutrición o a la enfermedad...
8.- Tendrás muchas vivencias, experiencias o hechos relevantes que contar, ¿alguna anécdota que contar?
Aunque es difícil buscar algo concreto en estos 2 meses, quizás hay un nombre que surge con más fuerza: Amadeo. Un niño de 4 años al que en su familia ya habían desahuciado. Tenía un tumor ocular tremendo, que de no ser por la generosidad de una persona española con posibilidades económicas que lo vio, probablemente lo hubiera llevado a la muerte.
Un empresario español de viaje por Guinea al ver a Amadeo, se quedó impresionado. No pudo hacer nada pero nos trajo a Amadeo y a su madre al centro, una madre resignada a ver morir a su hijo. El diagnostico del hospital era un tumor maligno y nos dijeron que no podían hacer nada. La única opción era evacuarlo a España y el empresario español se ofreció a pagar todos los gastos. Después de muchas dificultades, conseguimos gestionarlo con el programa CUIDAM del Hospital Sant Joan de Deu.
De viaje a Barcelona, un mes después fuimos a verle al hospital. Han pasado 30 días desde la intervención y aún le quedan 5 meses con sesiones de quimioterapia alejados de los suyos, pero el otro día los dos reían.
9.- ¿Conocíais la Fundación Juan Bonal antes de vuestra viaje a Guinea?
La verdad es que he conocido a la Fundación a raíz de este viaje a Guinea. Allí las hermanas que están el Centro Nutricional llevan gestionan también a los niños apadrinados, tanto de los trabajadores del Centro como de los niños desnutridos de los barrios.
Las imágenes en televisión para apadrinar niños se intercalan entre anuncios y a veces no prestamos demasiada atención, pensando que si das dinero se quedará en el camino. Al ver de primera mano la labor en el apadrinamiento de niños me he dado cuenta de que no solo SI llega la ayuda sino de lo bien que se gestiona. A los niños apadrinados se les hace un seguimiento y se les anima a que escriban a sus padrinos para que formen un poco parte de su vida y no sólo sea una mano que pone dinero. Con ese dinero se paga la matrícula del colegio, se les da cuadernos, material escolar, diccionarios... Se buscan las necesidades y se intenta ayudarles en todo.
Del resto de proyectos de la Fundación conozco menos, aunque supongo que la forma de trabajar es común a todos ellos y no dudo de su gestión y eficacia.
Marta Ontañón Ledesma
Médico