Una labor realizada con amor
El excmo Sr. D. Juan Peman es una persona encantadora, generosa y servicial.
1. D. Juan Pemán Gavín, es una persona muy entregada en todos los ámbitos de la vida tanto laboral como familiar. Ahora, como Presidente de la CAI ¿Cómo ve la economía en estos momentos?
Pues evidentemente muy mal, en una situación de profunda crisis en la que estamos anclados y que no termina de remontar, pues todo el mundo parece estar esperando a que se produzca alguna señal clara que permita recuperar el optimismo y la confianza.
2.- Cree que esta crisis que nos está afectando, ¿es labor de todos el combatirla?
Por supuesto, especialmente de quienes tenemos más capacidad de actuación en el terreno de las instituciones. Y utilizo esta expresión en su sentido más amplio (que incluye a los poderes políticos, económicos y mediáticos, entre otros).
3.- ¿Qué labor deben realizar en estos momentos las Entidades como las Cajas?
En primer lugar sobrevivir como entidades y, en la medida de sus posibilidades, mantener su compromiso activo con la sociedad ayudando a los clientes y a quienes se benefician de su obra social.
4.- Como persona, con gran sensibilidad y responsabilidad ¿Cómo afrontaría la crisis?
Creo que hay que crear un escenario institucional más propicio a la creación de empleo y también es importante un cambio en la mentalidad mayoritaria hacia una mayor capacidad de iniciativa de la que actualmente existe. Pero es también importante que tengamos lucidez y autocrítica para aprender de los muchos errores cometidos durante los prolongados años de bonanza, que fueron muchos. Creo en este sentido que la crisis puede tener un valor higiénico y de depuración, incluso en el plano ético, que hay que aprovechar.
Pero todo ello exige un buen diagnóstico de la crisis y de sus causas, cosa que no siempre se hace, pues se difunden visiones demasiado simplistas que buscan identificar una única causa o un responsable de la situación, de modo que las soluciones que se proponen son demasiado simplistas. Hay así quien focaliza la atención en las torpezas del Gobierno; otros hacen un discurso basado en la crisis financiera internacional que nos habría arrastrado sin tener demasiada culpa en ello, otros se centran en algunas tropelías cometidas por algunas instituciones financieras o en la dinámica de los mercados internacionales y especuladores, etc. Visiones que tienen algo de cierto pero que no proporcionan de manera aislada una explicación cabal de la situación en la que nos encontramos, y por tanto no son capaces de generar individualmente respuestas eficaces para salir de la situación.
Desde mi punto de vista está claro que, al margen de la inevitabilidad de los ciclos económicos, en el caso de la crisis económica por la que atraviesa España es patente que nuestro crecimiento anterior se había basado en un endeudamiento excesivo y creciente respecto al exterior y en un peso desproporcionado del sector inmobiliario en la economía, que a su vez se basaba en un alza desmesurado de la demanda de inmuebles y de sus valores de mercado –un cierto frenesí constructor, referido en particular a la vivienda-. Es claro que tendremos que recuperar la senda del crecimiento sin contar con esa locomotora de la economía (el sector de la construcción volverá a crecer, pero con niveles más moderados) y habrá que asumir que somos más pobres –quizás mejor menos ricos- de lo que pensábamos.
5.- Respecto a su responsabilidad como Presidente de la Caja ¿qué destacaría de ella?
Yo la intento vivir como un gran reto que se me ha planteado y como una gran oportunidad que se me ha ofrecido. Te diría que una institución como la Caja tiene muchas facetas que se complementan entre sí lo que hace que sea muy enriquecedor asumir funciones de responsabilidad en la misma (está por supuesto la vertiente de entidad financiera, pero también muchas otras: la cultural, asistencial, deportiva, etc.). Sin duda es un reto apasionante estar al frente de una institución con las cualidades y la trayectoria que tiene la CAI y además en unos momentos tan decisivo como los que estamos viviendo. Como sabes, actualmente la Caja está conformando un Grupo de Cajas con otras dos entidades (Caja Círculo de Burgos y Caja Badajoz) y ello exige reformular muchas cosas y ofrece nuevas oportunidades.
6.- La Obra Social de CAI colabora con nuestra Fundación financiando el Proyecto, de mantenimiento para el Centro Nutricional de Mukila, apoyo que agradecemos profundamente, porque gracias a él se beneficiará a los 70 niños que el centro atiende con problemas de malnutrición. ¿Cómo le hace sentir esta generosidad de la CAI?
Esta obra, como tantas otras, nos hace sentir la satisfacción de estar cumpliendo los objetivos de servicio para los que fue creada la Caja. Yo no diría que nos sentimos “generosos”, porque entendemos que no estamos repartiendo algo que sea nuestro en un sentido propio; en realidad somos meros administradores de unos fondos que se generan por los clientes que confían en nosotros y por toda la organización y el personal que trabaja en la Caja.
7.- La Fundación Juan Bonal destina sus recursos a la atención de la Infancia, Salud, Educación y Atención a la Mujer, Tercera edad, Desarrollo agropecuario y Catástrofes en los cinco continentes. ¿Qué opinión le merece este destino?
Tengo la mejor opinión de la Fundación, tanto por la congregación religiosa que está detrás de ella (las Hermanas de la Caridad de Santa Ana) como por todas lo las cosas que he ido conociendo de su actuación. Y por otra parte no me cabe ninguna duda de que las áreas de actuación están bien seleccionadas y cubren prácticamente todas las carencias que existen en los países pobres.
8.- ¿Cómo cree que está la situación de la infancia en el mundo?
Creo que la situación de la infancia en cada país no es otra cosa sino el reflejo de las virtudes y carencias que presenta la situación general en el ámbito de los adultos. El ser humano en sus primeras fases de la vida requiere atenciones y cuidados de muy variada índole y de ciclo muy largo que solo es posible conseguir donde hay estabilidad social y familiar. Allí donde eso no existe (y por desgracia hay muchos sitios donde no existe), la situación de los niños resulta problemática e incluso lamentable.
9.- ¿Qué es lo que a nuestro Presidente más le gusta de los niños?
Su gran receptividad, con mucha facilidad para “empaparse” de todo lo que viven y observan a su alrededor, y su capacidad de generar ternura. Pero eso solo funciona si hay adultos -en primer lugar los padres- que les dedican atención y crean un entorno favorable que les ayuda a desarrollar sus potencialidades. Por tanto, la clave está en la complementariedad adultos-niños. Los niños sin los adultos tienen un recorrido muy limitado, pero por otro lado, los niños y jóvenes en general aportan un revulsivo y un enriquecimiento muy importante al mundo de los adultos.
10.- Aunque todavía es joven, le conocí hace muchos años y siempre le he visto como persona encantadora, generosa y servicial. ¿Que le queda de aquel joven?
Creo que exageras bastante. Simplemente me mirabas con ojos cariñosos, como persona cercana a mi familia. En todo caso, me gustaría pensar que queda mucho de aquel chaval que fui. Y no sólo en los recuerdos que de vez en cuando rebrotan de manera más o menos nostálgica, sino en la continuidad con la ilusión y las ganas de trabajar y ser útil que tenía el joven que recuerdas. Me gustaría que ese chaval idealista que fui no muriera del todo nunca, y sólo fuera acomodándose a un ritmo más sosegado y más lleno de experiencia que es propio de la edad madura.
11.- Ser Presidente de una Entidad como la CAI, de una gran responsabilidad, puede ser muy solidaria, de hecho este apoyo a la Fundación lo confirma. ¿Piensa, a pesar de la crisis, incrementar esa solidaridad?
Te diría que todo lo que hacemos con los ingresos que generamos expresa alguna forma de solidaridad. Tras pagar a los empleados y cumplir nuestras obligaciones con los proveedores y suministradores, con el beneficio que queda pagamos los impuestos, generamos unas reservas -que son la base de la solidez que nos exigen quienes confían en nosotros- y el resto lo aportamos a diversas obras sociales y culturales. Pero está claro que en los momentos actuales de gran dificultad para muchísima gente, debemos hacer el máximo esfuerzo: todo el que esté en nuestra mano. Y ese esfuerzo no puede ser otro que ser austeros, eliminando todos los gastos prescindibles, hacer todo lo posible para mantener nuestra obra social y priorizar en ella las necesidades más acuciantes.
Le deseamos muchos éxitos en su magnífica tarea en la CAI, como Presidente.
Muchas gracias por su labor y por su tiempo.
Juan María Pemán Gavín
Presidente de la CAI