Un año de su vida para los niños de Bolivia
El 5 de Febrero de 2002 se inaugura la Casa Juan Bonal en el barrio de "El Alto" -La Paz (Bolivia). En una vasta extensión a 4.100 metros de altitud y donde las temperaturas oscilan entre los 5º bajo cero de la noche y unos pocos grados de día comparten su destino 800.000 habitantes. Almas olvidadas y sólo recordadas cuando llegan las papeletas electorales. Con tan sólo 18 años desde su Fundación, el barrio de "El Alto" cobija a niños muy pobres, de rostros quemados por el sol y hechos obreros por necesidad.
Allí, Nacho y Anto, dos jóvenes pertenecientes al Voluntariado de Santa Ana, dejan momentáneamente sus trabajos en España y viajan a Bolivia. El objetivo:
-Poner en marcha una casa de acogida para niños que carecen de recursos recién terminada de construir, equipar la casa y finalizar los últimos detalles.
Acaban de regresar y antes de incorporarse a sus puestos nos cuentan algunos detalles de su trabajo en favor de los niños de "El Alto".
¿Cómo surge la idea de ir a Bolivia?
-Anto. Desde pequeña he estado con las hermanas y participo en el voluntariado. Asistiéndo a las reuniones llega un momento en el que quieres tomar el relevo y colaborar en los proyectos.
-Nacho. Siempre he tenido la inquietud de ayudar. En el voluntariado hemos oído a personas que han ido a estos países y que vuelven impactadas. Quieren seguir colaborando y viven la necesidad de ayudar. Así en el año 94 surgió Bolivia.
En febrero de 2002 tomáis la gestión de la casa Juan Bonal. ¿Qué hace un voluntario allí?
-Nacho. Nosotros teníamos que acabar y dar los últimos retoques a la obra a la vez que organizar el proyecto. Hemos hecho de todo. Llevar a los niños al dentista, coser, hacer la compra, vestir a los pequeños, orientar a los profesores en el colegio agropecuario, dar las comidas, y sobre todo dar mucho cariño porque lo primero que ves es a niños que no tienen a nadie que les cuide.
Y siendo así ¿Cómo sobrevive el niño pobre en el Alto?
-Anto. Viven de la calle limpiando botas o de voceadores anunciando las paradas de los autobuses. También hay pastores atendiendo a los animales. Otros hacen venta ambulante, sobre todo caramelos. A muchos les han hecho padres y madres con 6 ó 7 años, sobre todo cocinan en casa y atienden a otros más pequeños. Hay muchos niños tapados, se esconden, son buscados por la policía por haberse escapado de sus casas.
¿Cómo es la familia en el Alto?
-Nacho. Completamente desestructurada. Es raro el porcentaje de familias cuyos hijos viven con los padres, o porque el padre viaja, emigra o porque estos abandonan a sus hijos. En ocasiones, el padre vuelve al cabo de dos o tres años y se le acepta y considera como un marido ejemplar. La madre es la que lucha por los hijos.
Contarnos como es un día en la Casa Juan Bonal.
-Anto. A las 6:45 levantamos a los niños y les ponemos un poquito de música mientras se asean. ¡Tienen que salir todos bien repeinados! -Dice Nacho-. Luego todos a desayunar, a lavar los dientes y les llevamos al colegio "Luis Espinal", allí almuerzan hacía las 12:30. A las 2 vuelven a casa, se asean y hacen las tareas. Después tenemos tiempo libre. Juegan, ven la Tv y así hasta las 5:30 que tienen la merienda. Luego otra vez juegos hasta las 8 que rezan, a las 8:30 cena y a dormir. La peor hora es entre las 6 y las 7 cuando se esconde el sol comienza un verdadero alboroto, parece que lo sienten.
¿Qué momento recordáis más especial?
-Nacho. Recuerdo muchos momentos por los que mereció la pena haber ido aunque con especial cariño el día 19 de marzo de 2002. El 18 a las 8 de la tarde nació un niño que nos lo hicieron llegar a través de algún amigo de la madre. Me lo entregaron el día 19 a las 10 de la mañana y lo llevé al orfanato "Virgen de la Esperanza".
-Anto. Marisol es una preciosa niña de 10 años que llegó a la casa abrasada en carne viva por el sol. Vivía en el campo y la hicimos buscar para que viniera al hogar. No estaba atendida ni escolarizada. La curamos. Un día vino su hermano que llevaba tres días sin comer. Cuando se recuperó fué a hablar con su padre porque le estrañaba. Llegó un día y se fué llavando a Marisol.
La casa Juan Bonal acoge a 58 niños entre los 3 y los 16 años. ¿Con qué ayuda contábais para llegar a todo?
Un portero que a la vez hacía las labores de limpieza de la casa, una cocinera a media jornada y el panadero, que a jornada completa nos hacía el pan cada dos días.
¿Qué alimentación se da a los niños del hogar?
-Nacho. Desayunan leche con pan, mantequilla y mermelada. La leche es en polvo y está donada por la Comunidad Europea. En la comida toman sopa de trigo, o sémola. La sopa es sagrada, es algo cultural. Otros días arroz, fideos, macarrones... Para cenar patata, o arroz, fideos. Uno o dos días por semana con carne.
Y las familias de "El Alto" ¿de qué viven?
-Anto. Cada familia cultiva lo suyo aunque las temperaturas no dan para mucho recogen patatas o habas... o algunas verduras... Con esto hacen frituras que venden a las salidas de las oficinas o en las obras o simplemente en la calle. Toda la ciudad es un mercado. Salen a vender uno o dos días por semana y comienzan a las 5 de la mañana hasta las 10 de la noche.
Uno de los niños del hogar ha venido a España a pasar sus vacaciones. En la casa Juan Bonal tiene en la habitación la foto de su madrina española. Ella es su referencia, quien le quiere. Milder tiene 13 años y está en 8º curso.
¿Qué es lo que más te gusta estudiar?
Sobre todo ciencias naturales, los ríos, los montes... me gusta mucho jugar a fútbol y soy del Bolivar.
Y ¿lo que menos?
Las matemáticas.
¡Como a mí! ¿Tienes hermanos?
Tengo 4 hermanos. Deina de 11 años, Yuri de 8 que es el más revoltoso, Estephani de 4 y Gari de 1 año.
¿Tienes novia? Cuéntanos en secreto, no se va a enterar nadie.
Si, se llama Ruth, tiene 13 años y ... no estudia mucho.
¿Qué te gustaría ser de mayor?
Presidente de Bolivia.
¿Porqué?
Porqué daría trabajo a toda la gente.
¡Ánimo!, para eso hay que estudiar mucho.
Anto, Nacho, ¿qué os gustaría decir a los padrinos?
Nacho. Que se sientan orgullosos de ayudar al niño que apadrinan y sigan participando en cambiar ese destino injusto que les ha tocado vivir.
Anto. Que transmitan esas inquietudes suyas a la gente que conocen y que además de ayudarles económicamente que transmitan su afecto y su preocupación por ellos.
¿Y la vuelta para cuando?
Anto. En cuanto haya vacaciones.
Nacho. Este mismo año.
Anto y Nacho han hecho una tarea estupenda. Ahora la casa Juan Bonal de "El Alto" la gestiona otra voluntaria. Tu también puedes participar en los proyectos del voluntariado de Santa Ana. Cada provincia en España tiene su grupo.
Puedes informarte en el teléfono 976-443102. Pregunta por la hermana Raquel Mayayo.
Nacho y Anto
Ingeniero Agrícola y administración de Balneario