Tenemos que tener esperanza

1.- La Fundación Juan Bonal, como todas las Fundaciones, se encuentra inscrita en su Departamento, eso nos produce mucha alegría porque nos da pie para, confiadamente, centrarnos en la tarea de la Fundación. ¿Qué le parece la misión de las Fundaciones que se dedican a la Cooperación y Desarrollo?

Fundamental y complementaria a la labor que se realiza desde las Administraciones Públicas. Para quienes ocupamos puestos de responsabilidad en la esfera política, sois como nuestra conciencia y nos ayudáis a esforzarnos para ser más exigentes en  nuestra labor. Sin olvidar, que debemos trabajar también para mejorar la situación de las personas con más necesidades. Sois un ejemplo, sin duda, de buena gestión porque sabéis rentabilizar vuestros recursos en beneficio de los colectivos más vulnerables. Trabajáis con ilusión y esfuerzo y eso es verdaderamente admirable porque se aprecia en cada acción que emprendéis y en los buenos resultados que obtenéis que se trasladan a personas de todo el mundo.

2.- La Fundación Juan Bonal  destina sus recursos a la atención de la infancia, salud, educación y atención a la mujer, tercera edad, desarrollo agropecuario en los cinco continentes. ¿Qué opinión le merece este destino, en especial el de educación?

La educación es la columna vertebral para el desarrollo de los seres humanos y de cualquier sociedad que quiera avanzar. Estamos hablando de países con tasas muy bajas de alfabetización, en donde muy pocos tienen la posibilidad de adquirir formación para desempeñar un oficio y ayudar a sus familias. Por eso, es primordial crear escuelas, centros en donde los niños aprendan a leer, a escribir, darles recursos y una formación básica que les proporcione oportunidades en la vida.

3.- ¿Cómo cree que está la situación de la infancia en el mundo?

Hay grandes desigualdades. Mientras aquí en nuestra sociedad todos los niños tienen acceso a la educación, a la sanidad e incluso, en ocasiones, al exceso de consumismo, a pocos kilómetros las imágenes son muy diferentes. Por eso es vital concienciarnos todos y actuar en la medida de lo posible desde nuestro ámbito y dentro de nuestras posibilidades. No podemos cerrar los ojos a esa realidad, eso nunca.

4.- ¿Qué es lo que a nuestro Consejero más le gusta de los niños?

Se lo digo con rotundidad: la sinceridad. Los niños son de respuesta rápida y dicen lo que piensan y sienten sin pensarlo dos veces. Es algo que nos vamos dejando por el camino con el paso de los años, nos volvemos más racionales, más reflexivos, menos espontáneos.

5.- ¿Qué le queda del niño que fue?

Fundamentalmente tres cosas: la ingenuidad, la ilusión y la curiosidad por la vida. Esto es lo que hace que me despierte cada día con optimismo, con ganas de afrontar la jornada por larga que sea. Y espero no perderlo nunca.

6.- Desde su visión personal y profesional, ¿Cree que estamos educando a la infancia con valores solidarios? y ¿Qué valores consideraría como prioritarios?

Ante todo el respeto a los demás, es básico. Nuestra libertad termina cuando empieza la de los demás. Somos seres sociales, vivimos con más personas que pueden tener pensamientos diferentes a nosotros y que hay que valorar y admitir. Creo que debemos entre todos hacer un esfuerzo para que la falta de tiempo, el trabajo, el ritmo en general de la vida en que nos hayamos inmersos, no nos haga olvidar que lo prioritario es enseñar humanidad a los niños, que sean seres sensibles hacia la situación de otros que no se encuentran en sus mismas condiciones. Nunca debemos perder este referente.

7.- Cada vez más, se acentúa la diferencia entre los países ricos y los pobres, la llamada brecha social. ¿Esta situación quizá es la responsable de que cada vez seamos más insensibles a los problemas de los países en desarrollo?

Muchas veces somos conscientes de ello cuando lo vemos en los medios de comunicación, pero una vez que el tema deja de ser noticia o acaban las fechas navideñas o desaparecen las campañas de sensibilización, volvemos a nuestra rutina diaria y a nuestras preocupaciones inmediatas. Esto hace que lo veamos como un problema lejano, quizá esa falta de contacto cercano es lo que nos lleva a olvidar más facilmente. No obstante, en mi opinión, tenemos que tener esperanza porque hay muchas personas que estáis luchando contra esas diferencias y la voluntad, el trabajo y el cariño es lo que transforma los problemas en soluciones.

8.- La utilización de un sistema CRM, modelo de gestión de toda la organización basada en la orientación al padrino y colaborador, ¿Cree que nos ayudará a ser más solidarios?

Creo que es una manera de poder implicar a más sectores de la población en un proyecto solidario conjunto, ofreciendo distintas posibilidades y alternativas para ayudar a los colectivos más desfavorecidos. Hoy en día son muchas las personas que optan por apadrinar directamente a un niño, otras por colaborar con donaciones para impulsar distintos proyectos generales de cooperación y desarrollo, todo repercute directamente en beneficio de unas personas que en distintas partes del mundo agradecen que alguien se acuerde de ellas, aunque esté a kilómetros de distancia.

9.- ¿Qué argumentos utilizaría para convencer a una gran audiencia para que apadrinara niños y sobre todo se hiciese Colaborador de la Fundación, que ahora es el problema que más nos preocupa?

Para mí, el nivel de desarrollo de una sociedad se mide también por el apoyo que presta a los más necesitados, ayudar nos hace más humanos y aporta más vida a nuestra vida. Por ello, apadrinar niños o ser colaborador, conlleva muchos beneficios no sólo para quien es el destinatario de la ayuda, para toda su familia e incluso para toda su comunidad, sino también para quien es el benefactor. Yo invitaría a quienes nos leen a que tengan esta experiencia, a que no se resignen, de verdad que entre todos podemos hacer un mundo mejor por difícil que parezca. Simplemente hay que dar un paso hacia adelante con ilusión y optimismo. Todos tenemos mucho que dar.

10.- Sabemos que es una persona muy solidaria. ¿Nos puede contar alguna experiencia personal relacionada con la misma?

Bueno, yo fui durante un tiempo voluntario en la Parroquia del Carmen en Zaragoza. Allí tuve la posibilidad de tratar y atender a personas que necesitaban de ayuda, de orientación y con ellas intenté sobre todo ser humano, porque el cariño es un bálsamo, que como suele decirse, cura todas las heridas. Y aunque suene a tópico, yo creo que me llevé más de lo que dí, fíjese porque la sensación que supone ayudar a alguien, por poco que sea, es muy satisfactoria. Ahora el trabajo como Consejero me absorbe gran parte del tiempo, pero en cuanto pueda volveré a mi faceta de voluntario, es algo que recomiendo, de verdad.

Muchas gracias por habernos dedicado su tiempo. Los niños y los necesitados se lo agradecen.

Rogelio Silva Gayoso
Consejero del Departamento de Política Territorial, Justicia e Interior del Gobierno de Aragón